viernes, 22 de abril de 2011

Descolgaré la luna por tu sonrisa.


¡Venga, adelante! Es preciso que todo se acelere. Esta noche paso de los sueños y de la realidad. Dormir, comer y todas esas estupideces de ser vivo, no quiero volver a oir hablar de ello. ¡Estrellas venid, os cogeré una a una! Vamos, venid a sumergios en mi boca, estoy vacío, tengo hueco. ¡Poseedme! Sé perfectamente que no estoy preparado, pero ya basta de saber, quiero sentir. Arranco las estrellas como se cogen las cerezas, sin tomarme la molestia de quitarles el rabillo. Aún tengo hambre, pero también me meto algunas estrellas rotas en el bolsillo para llevármelas a casa. Esta noche, necesito la luna, ¡mínimo la luna! El cielo sangra, la luz de la luna derrama torrentes eléctricos por el agujero de las estrellas muertas desde hace mucho tiempo. La luna tiembla, tose y escupe nubes de brumas. Cuando la luna haya caído, la haré un ovillo, me la meteré en la mochila y la llevaré a tu lado. Ay cuanto daría por abrazarte y besarte en la frente, desgarrar la noche, colgarte a mi espalda. Te llevaría lejos, te soplaría por toda la piel, tú lo sentirías, te sentirías exactamente igual que antes.

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