viernes, 22 de abril de 2011

Ojos que no ven , amigo que te lo cuenta , tuenti que te lo confirma , gilipollas que te lo niega.


En estos lugares se esconden en verdad mis secretros, esos que me hacen relamerme, que me llenan la boca de promesas y recuerdos. Callo, no por miedo o prudencia, simplemente porque sé que si les contara mi razón de ser, mis motivos, mis apetencias, con toda probabilidad no lograría que me comprendieran. Doy la cara porque es lo único que poseo: mi rostro, mi nombre, mi apellido y mi fiebre, y me muestro tan egoísta y caprichosa como enterada de mis limitaciones, al menos lo suficiente como para saber retirarme a tiempo. Sé dosificar mi ansia y traducirla en pitanzas asombrosas que provoquen admiración, envidia o rabia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario